Mártires de la Iglesia
Es el cuarto día de Navidad, y hoy es una celebración de niños, de todos los niños considerados una amenaza por los demás. No hay modo de eludir los horripilantes sucesos de los que Mateo (2, 13-18) informa en esta narración navideña. Es una matanza de inocentes que no tenían nada que ver con la lucha por el poder existente, y que tampoco tenían planes.
Es un relato horroroso, que se repite de una u otra forma en todas las épocas y generaciones. En las ultimas décadas, ha habido matanzas de inocentes. Los inocentes, los niños, quedan atrapados en el fuego cruzado de los adultos que odian, que buscan solamente hacer mas sólidas las bases de su influencia y poder, y que consideran prescindibles a grupos enteros de personas. Los judíos creen que hay un faraón en cada generación. También hay un Herodes. Están cortados por el mismo patrón, alimentados por los mismos temores, y exacerbados por el odio, el nacionalismo y la venganza personal si se les contradice.
Oremos por todos aquellos niños que mueren día a día a causa de la irresponsabilidad, y que Dios perdone todo el mal causado.