LA PALABRA DE DIOS UN ECO PERMANENTE
- Briggite Avila
- 10 sept
- 10 Min. de lectura
Septiembre es para nosotros los católicos el mes de la Biblia, porque el 30 de este mes celebramos la memoria de San Jerónimo a quien se le debe la traducción de la Sagrada Escritura al latín, más conocida como la Vulgata, versión bíblica oficial de la Iglesia Católica; además San Jerónimo escribió muchos comentarios sobre interpretación bíblica y dejó un gran legado de conocimiento sobre la Escritura y la teología, que hoy por hoy sigue enriqueciendo el crecimiento en la doctrina de la fe. La Iglesia durante este mes le da un lugar especial a la Palabra de Dios contenida en la Biblia.
Desde Estepre queremos compartir esta reflexión en torno a la Palabra de Dios, que se pronuncia mucho más allá de la Escritura, pero que se interpreta a la luz de ella.

Dios habla
La expresión Palabra de Dios indica que Dios habla, al no ser Dios para el hombre un ser visible o tangible surge la pregunta: ¿de qué manera habla Dios? Quedarse con la idea de una voz sobrenatural con características cosmológicas es reducir su palabra y empobrecer su significado.
Comúnmente nos han enseñado que la Palabra de Dios es la Biblia, lo cual es cierto, sin embargo, es necesario reconocer que la Palabra de Dios son todas las formas en las que Dios habla, es una experiencia mayor, la Sagrada Escritura es el instrumento mediante el cual podemos interpretar dicha Palabra que escuchamos en la creación, la conciencia, los acontecimientos, la historia, la vida, las personas, la Iglesia (sacramentos, liturgia, oración), etc. Pero es importante tener en cuenta que no todo lo que nos parece o sucede es Palabra de Dios, de ahí que es necesario el discernimiento y en él juega un papel fundamental el estudio de la Sagrada Escritura en comunión con la Iglesia, ella a través del Magisterio, los sacramentos, el acompañamiento espiritual y todos los recursos pastorales nos conducen en el discernimiento de la Palabra de Dios.
Siguiendo la lógica de la razón para comprender mejor la fe, nos viene oportuno conocer la raíz del término palabra, es interesante porque tiene su origen en "parábola, “comparación”, a su vez ésta, es tomada del griego parabolé: παραβολή (parabolḗ)" (Real Academia de la Lengua). Al dividir la composición de parábola, es posible encontrar una raíz más profunda “para” (al margen) bolé (lanzar).
Es decir, que la función de la palabra consiste en el intento de dar a conocer algo mediante una figura que lo asemeje para ser comprendido. Es como lanzar una expresión para dar un mensaje.
La Dei Verbum afirma en el numeral 2: Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras y éstas, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas.
La primera luz que nos aporta este texto es, que Dios quiso revelarse a los hombres, darse a conocer él mismo y su voluntad y este es el motivo por el cual Dios habla.
Una segunda luz es la forma en como Dios habla a los hombres, “como amigos” con la intención de generar relación con ellos.
Palabras no son el único lenguaje de Dios, los hechos hablan por sí solos, las palabras iluminan los hechos.
Voz creadora
Sigue diciendo la Dei Verbum:
Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas, y queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifestó además, personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio… En su tiempo llamó a Abraham para hacerlo padre de un gran pueblo, al que luego instruyó por los Patriarcas, por Moisés y por los Profetas para que lo reconocieran como Dios único, vivo y verdadero, Padre providente y justo juez, y para que esperaran al Salvador prometido, y de esta forma, a través de los siglos, fue preparando el camino del Evangelio.
Algunos hechos contenidos en la Biblia dan testimonio acerca de quién es Dios, el primero de todos sin lugar a duda es la creación, Dios es creador, su creación habla de él: De acuerdo a Génesis 1, 1-2,4, en Dios hay una voz creadora.
De manera general presentamos una mirada respectiva sobre primer relato de la creación, allí encontramos unos verbos que se repiten en el texto:
dijo Dios”. 9 veces
hizo, 3 veces
llamó, 5 veces
creó, 2 veces
bendijo, 3 veces,
La repetición de una o más palabras en un relato bíblico indica que su significado es relevante para el mensaje. Estos verbos están relacionados entre sí, porque la Palabra de Dios es acción creadora, la acción efectúa la palabra pronunciada, vamos al relato de Génesis 1, 6.14-18 para comprender mejor:
6.Dijo Dios: Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las separa una de otras. E hizo Dios el firmamento; separó las aguas de por debajo del firmamento. Y así fue. Llamó Dios al firmamento cielo.
14. Dijo Dios:” Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años;
15. Y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra”. Y así fue.
16. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas;
17. y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar la tierra,
18. y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
La Palabra de Dios es una comunicación que conduce a la vida. La voz creadora llama a la existencia, da forma, ordena, nombra, asigna funciones y da soluciones. Sigue el texto:
20. Dijo Dios: “Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revolotean sobre la tierra contra el firmamento celeste”.
21. Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien;
22. y bendíjolos Dios diciendo: “sed fecundos y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra”.
La Palabra creativa de Dios multiplica, es decir que es una palabra de abundancia y bendición. Estos versículos del Génesis lo muestran claramente. Ahora bien, la voz creadora de Dios tiene sus efectos sobre aquello que recibe su Palabra, así lo afirma Isaías 55,11:
“Así es mi palabra que sale de mi boca no volverá a mí vacía, sino que hará lo que deseo y tendrá éxito para lo que lo envié”.
Todo el relato de la creación constata lo dicho por el profeta Isaías, la voz creadora de Dios hace realidad su voluntad. Pero esa voz creadora no se ha quedado solo en el texto de Génesis, la Palabra de Dios sigue siendo siempre una voz creadora, sobre cada persona se pronuncia y se hace realidad, especialmente cuando dicha voz es acogida.
Hay algo interesante en el primer relato de la creación porque los versículos 22 y 28 nos muestran que la voz de Dios es una palabra de bendición y mayor aún, el hombre es bendecido en el acto de Dios al dirigirle la Palabra:
Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó. Después los bendijo Dios con estas palabras. Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra. (Gen 1, 27-28).
Si a otros vivientes Dios los bendice con unas palabras (v. 22), al hombre y a la mujer los bendice dirigiéndoles la palabra (v. 28). (Loza, 2010). La relación de Dios con el hombre mediante la Palabra lo hace exclusivo dentro de la obra entera de la creación.
Voz que llama
En los patriarcas encontramos una voz de Dios que llama, por ejemplo, el caso de Abrahán:
Yahvé dijo a Abrán: Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y se tú una bendición. (Gen 12, 1-2).
La experiencia de Abrahán es una muestra de la Palabra de Dios que constantemente está llamando al hombre a una vocación particular o a un proyecto de vida. También en la predicación de Juan Bautista se nos presenta la voz de Dios que llama en el desierto a la conversión: "Yo soy la voz del que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor". (Jn 1, 23).

Voz que interpela
En los profetas escuchamos una voz que interpela y corrige
Ezequiel 22, 1-3: Me dirigió la palabra el Señor: Y tú, Hijo de hombre, juzga, juzga a la ciudad sanguinaria, denúncialo todas sus prácticas idolátricas, diciendo: Esto dice el Señor: ¡Ciudad que se encamina a su destrucción, derramando sangre dentro de sí, y que se ha contaminado fabricándose ídolos!
La Palabra de Dios pone en evidencia el pecado, pero también es una voz restauradora:
Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; de lo pasado no quedará recuerdo ni se lo traerá a la memoria, más bien gócense y alégrense siempre por lo que voy a crear; miren, voy a transformar a Jerusalén en alegría y a su población en gozo. (Is 65, 17-18).
Principio de toda realidad
La Palabra de Dios es fuente de vida, relación, vocación, luz…Así lo testimonia el prólogo del Evangelio de Juan:
En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por ella, y sin ella nada se hizo. Lo que se hizo en ella era la vida, y la vida era la luz de los hombres; y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron. (1, 1-5).
Logos es el término griego de donde proviene todo el significado de la Palabra en Juan, lo cual indica que: “la Palabra: era límite y fuente de todo lo que existe, de manera que, en algún sentido, ella se identifica con Dios. Del silencio frontal de Dios emerge la Palabra como sentido de toda realidad. Ella es principio de la creación, pero está vuelta o dirigida (pros) hacia Dios, por origen y tendencia. En ese sentido se puede afirmar que la Palabra es Dios. (Pikaza, 2008).
Es Dios mismo
La Palabra es Dios, es una persona, de manera que tener contacto con la Palabra es relacionarse con Dios mismo. Hay más todavía en el prólogo de Juan, porque nos presenta la Palabra encarnada:
“Y la Palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad”. (Jn 1, 14).
La Palabra de Dios se encarnó en Jesucristo, él mismo es la Palabra y como lo afirma la Dei Verbum es la Palabra definitiva del Padre. Jesús lo dijo todo por su presencia, obras y palabras, la palabra determinante de salvación fue pronunciada para siempre con su pasión, muerte y resurrección, acontecimientos que culminaron la Revelación.
Es la luz
La manifestación definitiva de la Palabra es la oportunidad dada a los hombres para recibir la luz que despreciaron, la Palabra de Dios es la luz verdadera:
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre, cuando viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, pero el mundo no la conoció. Vino a los suyos, más los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre (Jn 1, 9-12):
La Palabra es presencia vital, de manera que, formando parte del misterio de Dios, ella es Vida* y Luz* para los hombres. Dios se manifiesta y actúa como divino (brilla) precisamente allí donde los hombres no le acogen. Dios Expande su misterio, ofrece su Palabra (hecha Vida, abierta en Luz) a pesar de que los hombres prefieran encerrarse en su propia oscuridad, convirtiéndose en tiniebla. (Pikaza, 2008)).
La Palabra de Dios es luz que ilumina el camino de los hombres, es respuesta a las preguntas existenciales y discierne realidades, una clave para identificar qué es Palabra de Dios y qué no es, precisamente está en si aquello que experimentamos o escuchamos trae luz o por el contrario es tiniebla.
Voz en silencio
La Palabra de Dios es manifestación de la libertad que Él otorga a los hombres, para acogerla o rechazarla y por ello, aunque expandida la Palabra, sabe ocupar su lugar, en ese punto se descubre que Dios también habla sin palabras: “El silencio de Dios prolonga sus palabras precedentes. En esos momentos de oscuridad, habla en el misterio de su silencio”. (Benedicto XVI). El silencio es una de las comunicaciones preferidas por Dios para conducir al hombre hacia él.
En el silencio de la cruz habla la elocuencia del amor de Dios vivido hasta el don supremo. Después de la muerte de Cristo, la tierra permanece en silencio y en el Sábado Santo, cuando "el Rey está durmiendo y el Dios hecho hombre despierta a los que dormían desde hace siglos” (Oficio de Lectura del Sábado Santo), resuena la voz de Dios colmada de amor por la humanidad.
Dios habla eternamente en el silencio, donde hacen eco sus obras y palabras, el silencio es la posibilidad del hombre para acoger el mensaje divino y hacerse respuesta convirtiéndose en la voz y en la conciencia del mundo:
“Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma”. (San Juan de la Cruz).
Conclusiones
La Palabra de Dios son todas las maneras en como Dios habla, entre ellas la Sagrada Escritura, que a su vez es el instrumento mediante el cual podemos interpretar la comunicación divina, es necesario el discernimiento porque no todo lo que nos sucede es Palabra de Dios, una clave muy importante es la Revelación de Dios en la historia desde los Patriarcas, pasando por los profetas y llegando al culmen en Jesucristo, quien es la Palabra definitiva del Padre, en Cristo Dios ya lo ha dicho todo.
La Sagrada Escritura nos presenta la forma en como Dios se dirige a los hombres, una relación de amistad, pero también nos atestigua que la voz de Dios crea, llama, interpela, corrige, restaura y con la vida y obras de Jesús se pronuncia para siempre la voz redentora de Dios.
Referencias
Benedicto XVI. (2010). Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini. Sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia.
Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática Dei Verbum. Sobre la Divina Revelación.
Escuela Bíblica de Jerusalén. (2009). Biblia de Jerusalén. Cuarta Edición. Ed. Desclée De Brouwer.
Loza, J. (2010). Comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén. Génesis 1-11. Segunda Edición. Desclée De Brouwer.
Pikaza, X. (2008). Diccionario de la Biblia, Historia y Palabra. Ed. Verbo Divino.
Schökel, L. (2014). Biblia del Peregrino. América Latina. Edición XI. Ed. Mensajero.



Mayonnaise Market Analysis
The global mayonnaise market is driven by several key factors, including the increasing use of mayonnaise in meals, rising consumer awareness of healthy ingredients, and the growing popularity of eggless mayonnaise.
Key market trends include a rise in consumer purchasing power, increased demand for ready-to-eat (RTE) meals, and the introduction of new flavors such as mint, cheese, and tandoori. The development of eggless mayonnaise, which uses vegan ingredients like mustard and roasted eggplant, is also boosting market growth, particularly among vegans and health-conscious consumers. The market analysis reveals that Europe holds the largest market share, while North America is expected to experience the fastest growth due to a shift towards egg-free products. The egg mayonnaise segment currently…