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La Oración, el Hilo Conductor de mi Vida

"Marta, Marta, estás preocupada e inquieta por muchas cosas; sin embargo, solo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la quitará". Lc. 10, 41


Santa Teresa escribió en el libro de la Vida, que cuando tenemos tiempo de soledad y desocupación, "venga el alma a muy sosegada quietud"... "que cuando la da Dios al alma, que puede hacer todo esto". Esto es, solo "consentir con la voluntad en aquellas mercedes que goza. Y se ha de ofrecer a todo lo que en ella quisiera hacer la verdadera sabiduría, porque es menester ánimo cierto". (V. 17, 1-4)


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En esta oración puedes también ser Marta


Porque estar allí, gozando como María, mientras Marta está en el servicio, que también es necesario, aunque María haya elegido la mejor parte, ahí, a los pies de Jesús escuchándole, también hace falta ser Marta, "estar obrando casi juntamente en vida activa y contemplativa, y entender en obras de caridad y negocios que convengan a su estado, y leer, aunque no del todo están señores de sí, y entienden bien que está la mejor parte del alma en otro cabo". (V. 14, 4)

Se trata de seguir ese hilo conductor en la relación con Dios, esa es nuestra mejor parte. Significa que nada puede estar desintegrado, todo dentro de un santo equilibrio, "da mucha satisfacción y contento cuando se tiene" (Ibidem)


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En esta gran solemnidad de Santa Teresa, yo me preguntaba en estos días, cuántas veces la he celebrado en este estilo tan propio de nuestra Orden. Muchísimas, y en cada ocasión encuentro una diferencia, la de este año está en este hermoso texto del Evangelio, que nos ha traído la liturgia del día 7 de octubre, memoria de Nuestra Señora del Rosario.

Nuestro capellán en su homilía nos decía que nosotras hemos elegido la mejor parte, y cuán necesario es que la oración sea el hilo conductor de la vida, que ese trato de amistad con Dios sea el móvil en todo momento, "la mejor parte del alma en otro cabo", en la presencia de este divino Huésped.

Teresa de Jesús alma de fuego, amiga fuerte de Dios, maestra de oración; nos enseña que, "tener oración mental y vocal y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar, sea en lo más bajo, todo es servir al Huésped que se viene con nosotros a estar y a comer y a recrear". (C. 17, 6)

Y cuando habla del recogimiento, que puede durar un instante, que en esa experiencia van juntas Marta y María. El alma empleada toda en Dios, "viene algunas veces una quietud y paz interior muy regalada, que está el alma no le parece le falta nada", ( R. 5, 4)

Teresa explica que en esta oración, que no es del todo unión, pues está unida solo la voluntad, la memoria y el entendimiento están libres para negocios y obras del servicio de Dios. Marta y María juntas, y se lo ha confirmado San Francisco de Borja. "En fin, andan juntas Marta y María. Yo pregunté al P. Francisco si sería engaño esto, porque me traía boba, y me dijo que muchas veces acaecía". (R. 5, 5)


No resista ya más


Su encuentro con este santo, que hacía algunos años, lo había dejado todo para entrar en la Compañía de Jesús, le dejó muy consolada, "vino a mí, para que le hablase y diese cuenta de la oración que tenía, porque sabía iba adelante en ser muy favorecido y regalado de Dios, que como quien había mucho dejado por Él, aun en esta vida le pagaba". (V. 24, 3)

El P. Cetina, su confesor, hizo posible que conociera al P. Francisco de Borja, de quien recibió medicina y consejo, "que hace mucho la experiencia. Dijo que era yerro resistir ya más".

Luego, el P. Juan Prádanos, también jesuita, debido al cambio de residencia del P. Cetina, continuó en esa línea, de más perfección con Teresa, "que para del todo contentar a Dios no había de dejar nada por hacer; también con harta maña y blandura, porque no estaba aún mi alma nada fuerte, sino muy tierna". (V. 24, 4)

Santa Teresa tenía solo 39 años, y estaba en esa etapa de búsqueda y comprensión de una experiencia nueva para ella; su oración, ese recogimiento de todo su ser, donde no hace falta pensar nada, solo dejarle a Dios hacer. Y las mercedes del Señor; sus visiones intelectuales, imaginarias y espirituales.

Estos capítulos del libro de la Vida, dirigido al P. García de Toledo, nos dan una visión de lo que estaba viviendo Teresa en ese tiempo, las gracias que recibe de Dios, sus cuestionamientos y grandes convicciones que solo podían venir del Espíritu Santo.

También pensaba yo esta comparación: que puesto que sea todo uno lo que se da a los que más adelante van que en el principio, es como un manjar que comen de él muchas personas, y las que comen poquito, quédales solo buen sabor por un rato; las que más, ayuda a sustentar; las que comen mucho, da vida y fuerza. (V. 22, 16)

Los que más adelante van en este camino de oración, hace la comparación nuestra santa Madre Teresa con un manjar. La oración es el manjar que da vida fuerza y luz, para ver y experimentar el amor de Dios que brota desde dentro. "Una compañía santa", escribe después, "No hace su conversación tanto provecho de un día, como de muchos". El hilo conductor que va uniendo los entramados de la vida, del día a día, es decir; siempre.

Hilo Conductor


¿Qué es ese hilo?

¿Cómo lo interpreto en mi vida?

Cuando rezo el Padrenuestro o el Ave María, qué ideas pasan por mi cabeza, es algo que debe ayudarme a ser consciente en ese momento.

¿Qué estoy diciendo? ¿Qué significan estas palabras? ¿Quién es ese Padre?

O cuando leo la vida de un santo, su experiencia, su ejemplo como hermano que ya ha pasado el umbral y goza de la plenitud.

Teresa del Niño Jesús llegó a decir en una ocasión, que cuando rezaba el Padre Nuestro, solo la primera frase, le bastaba para quedarse sumergida en Dios, contemplando, amando, adorando al Padre.

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El hilo conductor de nuestras vidas lo encontramos en muchos detalles espirituales, que se manifiestan cuando hacemos oración. Eso es la oración, un diálogo de amistad entre Dios y el alma, y quien conduce ese diálogo es el amor, el dulce manjar que es solo uno, y que da vida y fuerza para avanzar.

En esta solemnidad de Santa Teresa de Jesús, proclamemos el himno de alabanza al Creador, ella nos enseña que el alma tiene una gran capacidad de reproducir el amor que habita en lo más profundo de nuestro ser, podemos hacerlo desde esta relación, en el Hijo. Recordemos que San Pablo en sus cartas proclama la divisa del amor que trasciende a la criatura y la convierte en un himno: "De este modo la bondad tan generosamente derramada sobre nosotros, por medio de su Hijo querido, se convierte en himno de alabanza de su Gloria". (Ef. 1, 6)


Feliz Fiesta de Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús.


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