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María Gloria Rubio. OCD

SÍNODO DE LA SINODALIDAD

UN CAMINO DE DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL Y ECLESIAL, QUE SE HACE TAMBIÉN EN LA ORACIÓN, ADORACIÓN Y EN CONTACTO CON LA PALABRA DE DIOS.


 


El Papa Francisco dio inicio a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2021, con una celebración multitudinaria en el Vaticano, y con el título , "Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión". El Papa decía que este, es un momento eclesial y el gran protagonista es el Espíritu Santo.


Sinodalidad es la específica forma de vivir de la Iglesia, debemos valorarla, y sentirnos parte de este camino, donde se vive la diversidad en los diferentes continentes y culturas. Estamos unidos por el bautismo, y aunque son diferentes las responsabilidades de cada uno, existe una autentica igualad entre todos como bautizados.


El llamado a la participación en este acontecimiento eclesial, está dirigida a todos los hombres y mujeres del planeta, creyentes y no creyentes.


Y por primera vez en la historia de la Iglesia, es un Sínodo que durará dos años.



Han transcurrido once meses de una Iglesia en Sínodo, donde es el Espíritu Santo quien convoca a todos los cristianos católicos, apostólicos y romanos. Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Se ha tomado en cuenta a las Federaciones de Vida Consagrada, a los movimientos internacionales de laicos, a las universidades y facultades de teología, y a las Iglesias Orientales. No hay cause que ponga barreras en la participación de este Sínodo, hay un lugar para todos, no un papel; hacer algo, sino un espacio donde podamos sentirnos "Uno" con "todos".


La imagen de mi Iglesia



El Papa Francisco ha hablado de una Iglesia que debe mostrar a todos una imagen más horizontal, haciendo referencia a la imagen de la pirámide invertida, si consideramos que arriba está la Jerarquía y en la base de la pirámide el Pueblo de Dios. El Papa Francisco hace referencia a que, en la cúpula de la pirámide debemos estar todos unidos, trabajando en comunión, haciendo consenso a base de escucharnos. Que el servicio de la jerarquía de la Iglesia, a la par con el servicio de todo el Pueblo de Dios, sea la imagen sinodal de todos los tiempos y lugares, pues la sinodalidad es constitutiva de la Iglesia.


En geometría la pirámide tiene varias caras que se juntan en un vértice común, llamado ápice o cúspide. Esa es la diversidad de la Iglesia, caminamos juntos, y juntos reflexionamos sobre el camino recorrido. Juntos, queremos llegar a la misma meta: el Reino de Dios.

Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo; hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo, hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. (1 Cor. 2-6)



La forma esquemática de este camino sinodal, está constituida por ocho fases.

  1. Documento preparatorio- Vademecum- Septiembre 2021

  2. Celebración de apertura en Roma- 10 de Octubre 2021- Diócesis de todo el mundo- 17 Octubre 2021

  3. Síntesis después de seis meses de trabajo- Abril 2022

  4. Instrumentum Laboris Nº 1 - Setiembre 2022

  5. Asambleas Eclesiales Regionales Continentales- Antes de marzo de 2023

  6. Documentos finales- Marzo 2023

  7. Instrumentum Laboris 2- Junio 2023

  8. Roma- Documento final- Octubre 2023

Actualmente estamos en la fase: "Instrumentum Laboris 1". Es decir, la Secretaría General del Sínodo enviará en este mes de septiembre, el primer instrumentum laboris a las Conferencias Episcopales de todo el mundo. La finalidad de este primer texto es dialogar para un ulterior discernimiento, desde las particularidades culturales de cada continente.


¿Recuerdas la etapa primera en tu Parroquia?


Recordemos que a todos los creyentes católicos, en nuestras parroquias, en las catedrales de los obispados, en nuestras capillas monásticas, en todos los lugares donde hay comunidades cristianas, nos tocó rezar y celebrar la Eucaristía por el inicio de este Sínodo, el 17 de octubre del año pasado.


Los siguientes seis meses, realizamos "la fase local", donde las comunidades vivieron sus momentos de encuentro, diálogo, oración, reflexión, celebración de la Eucaristía. En esta etapa se realizó la consulta al pueblo de Dios. Se nos envió un documento preparatorio acompañado de un cuestionario y un Vademecum con propuestas. Cada Diócesis nombró a un responsable diocesano junto a un equipo de trabajo, como referente y enlace con los responsables diocesanos, y estos a su vez con la Secretaría General del Sínodo en Roma.


En ese espacio y de esa forma hicieron un trabajo de discernimiento, preguntándose como avanzar en el camino, para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo. Se dio la posibilidad que todos aquellos que se encuentran en situaciones marginales pudieran expresarse y ser escuchados para contribuir en la construcción del Pueblo de Dios.


¿Cómo participamos nosotros?


En una Iglesia sinodal, todas las personas, todas las comunidades, en la libre y rica diversidad que existe en el mundo, estamos llamados a participar, en primer lugar con nuestra oración. Si somos miembros activos de una comunidad parroquial también estamos llamados a escuchar, opinar, analizar, dialogar. Se nos invita a reflexionar juntos, hacer comunión, reconocer nuestras riquezas, generar nuevas relaciones entre todos los miembros de las comunidades cristianas, así como también, entre los otros grupos sociales. "Por ejemplo, comunidades de creyentes de otras confesiones y religiones, organizaciones de la sociedad civil, movimientos populares, etc." (Documento preparatorio)


¿Qué está sucediendo ahora?


Sabemos que las síntesis de todas las Conferencias Episcopales y todas las entidades eclesiásticas del mundo, han sido enviadas a la Secretaría General del Sínodo. En esas síntesis están condensadas las voces de todos los participantes en la primera etapa.


El Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, decía en una conferencia de prensa el pasado 26 de agosto, que en octubre del año pasado el Sínodo aparecía como una página en blanco, una página en la que el Espíritu Santo- "como el viento que sopla donde quiere" (Jn. 3, 8) iría escribiendo los deseos e ideas, las energías de todos, la creatividad, los proyectos comunitarios, el sueño de una Iglesia más cercana, escrutando los signos de los tiempos, para saber interpretarlos a la luz del Evangelio.


Hoy, esa página está escrita por los testigos del amor de Dios, y Él puede leer en ella, nuestros deseos de construir un mundo más hermoso y más habitable, nuestro deseo de sanación, reconciliación, promoción de la fraternidad. Allí Dios oye el clamor de los pobres, el clamor de la tierra, el grito de los que sufren injusticias. Esta lectura está expresada en un lenguaje nuevo, el lenguaje del Siglo XXI, con todas sus riquezas y deficiencias, con las realidades que vivimos hoy, a veces difíciles.


A partir de estas síntesis de las Conferencias Episcopales, la secretaría general del Sínodo, por medio de un grupo de expertos, pondrá en marcha la fase continental.


Acompañemos con nuestra oración


Como María, que observaba cuidadosamente todos los acontecimientos, "y los guardaba en su corazón" (Lc. 2, 19) nosotros, fieles en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, como sacerdotes, profetas y reyes, continuemos haciendo muy nuestra esta causa del Evangelio, perseverando en la oración.



Recemos por esta etapa continental, que se prolongará hasta marzo de 2023, recordando que, "la finalidad del Sínodo, y por lo tanto de esta consulta, no es producir documentos, sino hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, de fuerzas a las manos..." (documento preparatorio)


En este Sínodo, que por primera vez, tiene una duración de dos años, Dios sale a nuestro encuentro, y nos llama a ser testigos de su amor, en el caminar de la Iglesia. Ahora lo hacemos orando, en nuestras casas, en el Templo, en una reunión parroquial, en la soledad de nuestra habitación.



"Todas ocupadas en oración por los que son defendedores de la Iglesia, y predicadores, y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío..."(C.1,4)

Santa Teresa, cuando escribe este texto, se dirige a sus monjas de San José, y está aludiendo un contexto de vida del siglo XVI. Hagamos nuestras sus palabras, pero en este siglo XXI, todos ocupados en oración por nuestra Iglesia, ayudemos en lo poco que podemos a este Señor nuestro, el Padre que nos ama. Somos su pueblo que camina junto a toda la familia humana, somos una Iglesia sinodal.




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