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Tú eres mi Hijo, en quien me complazco

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

  • La identidad y la gloria del Hijo de Dios El texto de Mateo 17, 1-9 que es el que leemos en la fiesta de la Transfiguración nos permite profundizar aún más sobre el misterio de la vida de Jesús. El texto nos presenta cuatro personas, a saber: Jesús, Pedro, Santiago y Juan, a ellos los veremos también en la oración en el Huerto, cuando Jesús se prepara para su muerte.

La transfiguración es un acontecimiento puntual en el camino de Jesús hacia su martirio, pero este acontecimiento nos a de llevar a reflexionar sobre algunas realidades de Jesús, como ser: su identidad y su gloria.


-Identidad de Jesús. En los evangelios encontramos a Jesús presentándose como el Hijo de Dios, pero con actitudes sencillas. No obstante, en el evangelio de Marcos se habla del Secreto mesiánico, Jesús pretendía evitar confusiones en el pueblo, es decir, que lo vieran como un líder triunfalista. En el hecho de la transfiguración en los sinópticos nos permite ponernos en otro nivel de la identidad de Jesús. Lo vimos en el Bautismo donde se escucha una voz que dice: Tú eres mi Hijo, en quien me complazco.

La voz que se escucha en el Bautismo nos presenta la identidad del Hijo: tú eres mi Hijo, es el Padre quien nos da esa identidad. El hecho del Bautismo nos presenta la relación Padre e Hijo. La identidad es ser Hijo de Dios, el Hijo que se ha encarnado para la salvación del mundo. En este hecho vemos entonces que el Padre muestra a Pedro, Santiago y Juan, es decir, a la humanidad que Jesús es el Hijo de Dios. Este Hijo va camino hacia la muerte redentora, hacia el acontecimiento que manifestará el amor de Dios a la humanidad.


La nueva antropología

Podríamos decir que en la Transfiguración del Señor encontramos al hombre nuevo. Cristo es el hombre nuevo y a eso nos dirige el camino cristiano. Todo el acompañamiento de Jesús con los discípulos es un proceso de aprendizaje que ellos tendrán que realizar después que Jesús haya sido glorificado. Es un proceso que lleva la experiencia de cruz y resucitar para ser glorificado en Cristo. La glorificación nuestra se da por Cristo. La Transfiguración del Señor es una realidad cristológica, pues se da en Cristo, de la cual nosotros nos beneficiamos, ya que es nuestro destino. Llegar a la vida de Dios por medio de Cristo.


Nuestro destino

Decíamos que nuestro destino es la gloria de Dios. En la Transfiguración vemos a Jesús mostrando su ser divino, pero también nos muestra la gloria a la cual todos estamos llamados. Si observamos el contexto de este hecho es el camino de Jesús hacia la cruz. El Hijo de Dios nos indica el camino de seguimiento, quien sigue a Cristo va recorriendo su camino. La Transfiguración nos enseña, entonces, que el cristiano está llamado a la identificación con Cristo en todas sus dimensiones, la cruz y la gloria. En el hecho de la Transfiguración el Padre nos habla del Hijo, pero viendo todo el acontecimiento Cristo, nosotros somos llamados a ser partícipes de la gloria del Padre. Si vemos que después de la resurrección hemos sido incorporados a Cristo en el Bautismo.


Así, pues Cristo nos participa de esa gloria, de esa transfiguración. Toda nuestra naturaleza es asumida para la gloria, pero en el acontecimiento de Cristo. Esta voluntad del Padre de que participemos de su gloria, la obediencia del Hijo por la cual somos salvados y la presencia del Espíritu Santo nos hablan de la voluntad este Trinidad Santa, por tal motivo nuestras existencias han de llenarse de alabanza y agradecimiento por tanta bondad.


Fray Carlos Morales ocd

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