Debo iniciar confesando que soy un apasionado seguidor de san Juan de la Cruz y de sus escritos. La misma vida y el trabajo pastoral me han llevado, poco a poco, a meterme en la hondura de su magisterio por distintas razones. Apenas era un seminarista que cursaba el año introductorio en el seminario diocesano de Costa Rica, cuando de manera muy inesperada me encontré, mientras limpiaba la biblioteca, con un pequeño y empolvado libro que se titulaba "Llama de amor viva"; era uno de esos libros a los que nadie le presta atención y captó todo mi interés. Jamás imaginé todo lo que vendría después de la lectura de ese libro.
Todo comenzó con esa "Llama de amor viva" que, sin yo entender cómo, se iba encendiendo en mi corazón mientras leía este libro. Era poco lo que entendía y mucho lo que sentía. Los deseos de santidad y las ganas de trascender se hacían más grandes a cada página. Había encontrado un tesoro, una forma de comprender la vida cristiana desde otra perspectiva, una más alta y más profunda. Era como si a través de las páginas el mismo santo me estuviera haciendo partícipe de su experiencia.
Poco a poco he ido comprendiendo que los santos, de una u otra forma, a través de sus escritos siempre nos hacen partícipes de su experiencia.
¿Por qué?
Como ya te he contado, san Juan de la Cruz llegó a mí de una manera muy providencial, simplemente porque Dios así lo quiso. Después de la lectura de este libro inició todo un proceso de discernimiento que me hizo dejar el seminario diocesano y entrar en la Orden de Carmelitas Descalzos. Yo también quería vivir como este fraile había vivido. Pero ¿por qué? ¿Qué es lo que tiene san Juan de la Cruz que lo hace tan particular? ¿Por qué su enseñanza sigue siendo tan actual? (aunque tan pocos lo conozcan).
Quiero compartir contigo tres razones por las que considero es necesario conocer mejor a este santo:
Porque nos quiere hacer llegar al Amor
Pocos santos hay tan apasionados como san Juan de la Cruz. Cada uno de sus escritos son una historia de amor entre Dios y el alma (así llama él a la persona). No hay otra forma de entender su enseñanza. Insistirá constantemente y sin cansancio que su único objetivo al escribir es "encaminar" al alma hacia esa "unión de amor" con Dios.
Aunque pueda parecer contradictorio o extraño, hoy nos sigue costando mucho entender la relación con Dios como una relación de amor. Surgen cada vez más y con más fuerza dentro de la Iglesia tendencias que centran la vida cristiana en un moralismo desarraigado del amor, y por tanto descentrado del mismo Jesús.
Bastaría mirar por encima sus poesías para descubrir que San Juan de la Cruz está enamorado y, lo que es mejor, no le da pena gritarlo al mundo: "porque el que ama ya no posee su corazón, pues lo ha dado al Amado" (CB 9, 2). Se sabe invadido por un amor que le cautiva, que le saca de sí y le pone en marcha sin miedo y con la osadía propia del amor:
Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores ni temeré las fieras; y pasaré los fuertes y fronteras.
Este es el amor que quiere que nosotros experimentemos, al que nos invita y nos guía. Es la misma invitación que Jesús nos hace en el Evangelio: permanecer en Él, vivir en Él. Porque "el alma más vive donde ama que en el cuerpo donde anima" (CB 8, 3). Es el amor el que nos permite vivir en Dios, unirnos a Él y ser uno con Él.
¿Es posible amar así? ¿Vivir así en Dios? San Juan de la Cruz nos enseña que sí. Él nos llena de esperanza y nos muestra el camino para llegar a esta unión de amor, que es siempre nuestra meta. Y para llegar ahí debemos recorrer un camino que él llama "noche".
Porque nos enseña a atravesar la senda de la Noche
La Noche Oscura es probablemente una de las principales cartas de presentación de San Juan de la Cruz. Es una de las mayores genialidades de su magisterio. Muchos estudiosos definen la noche de muchas maneras, y ordinariamente se adentran en conceptos profundos y complejos que hacen creer que esta experiencia es sólo para espíritus elevados y muy alejados del mundo.
Yo debo confesar que me he quedado fascinado con una definición muy sencilla y escondida que San Juan de la Cruz da de esta experiencia espiritual. Iniciando el libro de la Subida del Monte Carmelo, el santo afirma que la noche oscura es el "tránsito que hace el alma a la unión con Dios" (1S 2,1), y para mí ¡eso basta!
En el primer punto dijimos que el santo quiere hacernos llegar al Amor, pues para llegar ahí el camino es la "La Noche". Así de sencillo. En un sentido amplio, la Noche Oscura es todo aquello que hacemos, y que Dios hace en nosotros, para que podamos acercarnos a Él.
Vista desde esta perspectiva la Noche Oscura es para todos. Es un camino abierto y accesible, para cualquier cristiano, todos podemos transitar esta senda que nos lleva al Amor.
La Noche Oscura tiene características muy particulares y significativas, sin embargo se puede experimentar de muchas formas y en todos los niveles de la vida espiritual. Es un término tan amplio que desde los esfuerzos por responder a las exigencias más básicas de nuestra fe, como los elementos más profundos del desierto espiritual experimentado por los grandes místicos.
Por esa razón me parece cada vez más atinada esta definición de Noche que la presenta como el camino ("tránsito" dice san Juan de la Cruz) que nos lleva a la unión con Dios. Realmente, si somos capaces de mirar con fe, descubriremos que toda nuestra vida es un itinerario para llegar a esta meta de amor; y, por tanto, cada momento de nuestra vida tiene algo de la "Noche" que podemos abrazar para encaminar nuestra vida hacia Dios.
Debemos aprender a abrazar la Noche Oscura, para poder abrazar nuestra propia vida y nuestra historia frágil. Desde la fe todo se convierte en camino de salvación. San Juan de la Cruz nos lo recuerda cada vez que llama "dichosa" a esta noche:
En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía...
¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada amada en el Amado transformada!
Porque nos recuerda lo esencial
El Papa Francisco publicó hace algún tiempo un documento sobre Santa Teresa del Niño Jesús, en donde llama a esta santa "la doctora de la síntesis". Esto porque "su genialidad consiste en llevarnos al centro, a lo que es esencial, a lo que es indispensable". Santa Teresita es, , muy probablemente, la mejor y más grande discípula de San Juan de la Cruz entre los santos.
San Juan de la Cruz es también un "doctor de síntesis". Toda su vida y su magisterio nos hacen poner la mirada en lo fundamental:
Un Dios que busca apasionadamente a la persona para darle su amor y compañía (su salvación) .
Una persona que responde con fe, esperanza y caridad a ese amor recibido de Dios.
Estas son las dos claves fundamentales de nuestra fe. Nada hay más importante que eso. Y ese es el centro y el desarrollo de toda la doctrina sanjuanista.
El Cántico Espiritual, por poner un ejemplo, pareciera ser un poema del alma que busca a su Dios, pero en realidad es todo lo contrario. Es la historia de un Dios apasionado que busca al alma, la enamora y le sale al encuentro en los "bosques y espesuras", en "las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos".
Y así sucede en todos sus escritos. Podríamos desde esta perspectiva leer la Subida del Monte Carmelo, la Noche Oscura y la Llama de Amor Viva. Siempre Dios está primero, siempre su amor es el punto de partida. Esta es la primacía del amor.
Ante este amor inmerecido, gratuito y desbordante el alma no tiene otra respuesta que una vida teologal: amar a Dios y a los hermanos con el mismo amor que ha recibido (caridad), creer de Dios todo sin necesidad de ninguna prueba extraordinaria (fe) y esperar constantemente la salvación, sin importar su pasado (esperanza).
A manera de conclusión
Copiando las palabras de Santa Teresa, diría que mi intención con esta breve reflexión no es otra que "engolosinar almas" para que se atrevan cada vez más a profundizar en la doctrina, de este gran santo, doctor místico y maestro de vida espiritual.
Hoy más que nunca necesitamos que tú también , seas un místico, un auténtico espiritual y un verdadero cristiano: un santo para hoy.
Buenas noches Fray Berny. ¡Qué interesante leer a “un apasionado seguidor de San Juan de la Cruz”! Con base a su experiencia e intuición, ¿qué aconsejaría leer primero, segundo y tercero a alguien que se está acercando a este santo de hoy? Agradezco su consejo. Saludos.
Ha abierto a las cosas del Espíritu De Dios, hacia su amor y desde su amor…
Espero poder continuar y perseverar en el camino seglar.
Muchísimas gracias por evangelizarnos y apoyarnos en nuestro caminos… “Todo es Gracias” cómo nos recuerda nuestra amada Santa Teresita 🌷 de Liseux…
¡Hermoso escrito y reflexión!! Muchísimas gracias Fray Berny por darnos estas síntesis de San Juan de la Cruz desde las diferentes perspectivas de sus escritos… Cuando comencé en Estepre hace ya casi 3 años, compré el libro “Llama de Amor Viva” y al querer entenderlo con mi cabeza no lo lograba, sin embargo a través de este tiempo con las diferentes enseñanzas y conociendo más nuestros santos, he logrado poder leerlo desde el amor, es como que mi entendimiento se ha abierto a las cosas del espíritu de Dios, hacia su amor y desde su amor.
Espero poder continuar en el camino seglar…
Dios los bendiga, por su labor de evangelizadores…”Todo es Gracia” como nos lo recuerda nuestra amada Santa…
Gracias fray Benny, excelente reflexión, gracias por estar pendiente de nuestras almas, introduciéndonos en la vida de los Santos, especialmente San Juan de la Cruz, he estudiado La Noche Oscura, Subida al Monte Carmelo (varias veces) hasta lograr entender la purificación de los sentido, la Llama de Amor Viva y el Cántico Espiritual, a través de los Carmelitas Descalzos, y sigo en Estrepe , todo lo que ustedes nos enseñan es algo muy profundo para nuestra espiritualidad, muchas, muchas gracias fray Berny🙏🏻
Muchas gracias Fray Berny. Me permito comentarle que hace muchos años leí El itinerario de San Juan de la Cruz, libro que me presto una hermana de la Iglesia, y en el momento no lo entendí, me pareció un libro muy fuerte y pesado. Pasaron varios años y lo volví a leer.. luego ingrese a la Orden Carmelita Seglar y me comprometi a conocer a este hermoso Santo. El asunto es que cada día que leo un pequeño párrafo de sus escritos y canto sus poemas, es como si recibiera curas a mi alma. Al día de hoy, es como si recibiera consuelo. No me canso de leerlo una y otra vez.
Gracias nuevamente por compartir su experiencia.