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"Aquí estoy Señor" - Artículo -

Reconocer el paso de Dios en nuestra vida es redescubrir la mirada única de Dios para con nosotros. El salir y adentrarnos en la presencia de Dios que nos desconcierta, nos descoloca de la vida, es “caer en la cuenta” de su mirada única, de su presencia centrada en un “aquí estoy”; es el primer paso para iniciar un camino de vida interior. El “aquí estoy” implica adentrarnos a participar de la vida de Dios, con todo lo que somos, tenemos, vivimos, y sentimos; presentarnos ante Dios y decirle: ¡Señor esto es lo que tengo, esto siento!. Al Igual que Abraham necesitamos ponernos en camino, en busca de un horizonte al que estamos llamados a vivir sin quedarnos estancados porque en nuestra vida interior muchas veces no estamos donde deberíamos estar, nos encontramos anclados al pasado, angustiados por lo que perdimos o estamos por perder; quizás ajenos a nosotros mismos… y no vivimos nuestra verdad de búsqueda autentica, y así vivir la realidad que dispara la vida.


Siempre es bueno en la vida interior comenzar, recuperar de lo que yo era pastor, de lo que se me había confiado y que ahora no se encuentra en nuestro interior, urge emprender un camino de reconciliación con nosotros mismos, con Dios y mi entorno; urge recuperar lo interior, urge emprender un nuevo camino hacia Dios.


El “aquí estoy”, es aceptar lo más profundo de nuestras debilidades, de nuestras limitaciones, de nuestras pobrezas, de las realidades interiores que no son Dios, de las cosas que me separan de Él, que me espantan; y al emprender este camino llegamos a decir “Heme aquí”, en su respuesta a la llamada de Yahvé (Gn 22, 1). Es pues despertar del silencio asfixiante de la vida sin Dios, recuperar la esperanza de nuestra existencia.

“Sal de tu tierra y de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré... Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahvé” (Gn 12, 1. 4a). No podemos vivir como peregrinos errantes, sin pastor, sin señor; nos urge buscar nuestro hogar prometido y no seguir el camino sin dirección.


¿Dónde podemos encontrar ese camino?: Santa Teresa decía que; "No es otra cosa oración mental, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". (Libro Vida 8,5). La oración supone estar abiertos a El para poder transformar nuestra vida, nuestra actitud, nuestras ideas e ideales. La oración es para adentrarnos al verdadero trato de amistad y poder comenzar el camino diciendo: "Heme aquí" (Ex 3, 4). A partir de aquí, es que somos adoradores del misterio de Dios y reunirnos en intimidad, amistad y cercanía con Dios Trino. La oración es dejar que Dios nos contagie de sus sentimientos, que libere nuestras ataduras más profundas y que cuando lo encontremos le amemos y amándole le sigamos para ir a nuestros faraones, y desde ahí liberara nuestra incapacidad de amarle. Y poder decir “aquí estoy Señor”.


Fray Orlando del Espíritu Santo, ocd

“Ave María Purísima”

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