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En Oración con María

Comenzamos el mes de María este año, en un momento de la historia de la Iglesia que es importante para todos los fieles del mundo: "La elección de un nuevo sucesor de Pedro, que este 7 de mayo de 2025, inicia su proceso, con la celebración de la Eucaristía en la mañana de este día".

Por la tarde, alrededor de las 19.00 horas es posible ver la primera fumata, en función del resultado de la primeras votaciones.


Madre, nuestro santuario resplandece con nuevo brillo, para honrarte hemos esparcido frescas flores a vuestros pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas.
Madre, nuestro santuario resplandece con nuevo brillo, para honrarte hemos esparcido frescas flores a vuestros pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas.


Con María nos unimos en oración por nuestra Iglesia


Con María, Madre de la Iglesia, en este mes de mayo, que está consagrado a ella en muchos lugares del mundo, nos unimos hoy en oración por los cardenales electores, que alrededor de las 16.00 horas de este miércoles, entrarán en la Capilla Sixtina, donde se realizan las votaciones para elegir al nuevo Pontífice

María está presente en nuestra historia, emerge aquí porque está situada en un contexto, dentro de nuestro tiempo de salvación. En el acontecer de la Iglesia ella es Madre, protectora e intercesora.


En la plenitud de los tiempos


"Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibieran la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos, es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre". (Gal. 4, 4-6)


Este pasaje de la Escritura tiene la importancia de ser el primero, donde se menciona a la Virgen María en el Nuevo Testamento. Y es la única referencia a María en las cartas de San Pablo. Los exégetas dicen que este texto fue escrito en el año 54 de nuestra era cristiana, luego los Evangelios nos narran la Anunciación del ángel Gabriel, la visita a su prima Isabel, el nacimiento de Jesús, la visita de los Magos y el regreso de la sagrada Familia de Egipto a Nazareth.

Desde los comienzos María está situada en nuestro tiempo, cuyo contorno y dimensión, quedan especificados en estas palabras de San Pablo a los Gálatas. El Padre, Hijo y Espíritu, los Tres, son esa realidad inmersa en la trama de la historia, donde María, en cuyo vientre ha tomado cuerpo el Hijo de Dios, "es reconocida y honrada como verdadera Madre de Dios y del Redentor". (Lumen Gentium, VIII)

María empieza donde empieza la plenitud de los tiempos, es la Madre siempre presente en el acontecer de la Iglesia.

El apóstol subraya lo concreto de la humanidad del Hijo en su fragilidad, eso de someterse a la Ley y ceñirse a vientre de mujer, está hablando en Pablo del anonadamiento como enviado de Dios, del Hijo que nace de una mujer, crece en una familia, "para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibieran la filiación adoptiva".

En sus palabras el apóstol resalta que el Hijo de Dios accede al mundo por las entrañas de María, "y como la Escritura es más grande que lo que aparentemente es ella misma, por estar penetrada de Dios, nos es lícito a nosotros tomar este dato subordinado para ponerlo ahora en el centro y reflexionar con el contorno que coloca Pablo: María identificada desde la Trinidad, desde Cristo, desde la Iglesia; María, historia salvífica". (Rufino María Grández)


María aparece cuando el tiempo ha madurado, la frase; "plenitud de los tiempos" expresa ese momento de la historia, en que desde siempre se estaba incubando, Dios lo ha hecho madurar. Ese tiempo, cronológicamente, hoy son más de dos mil años, y los creyentes cristianos hemos experimentado, ser hijos en el "Hijo", llamando a Dios; "Abbá, Padre", a María, "Madre".


Madre de la Iglesia


Conocer la maternidad y el destino de María, es entrar en el misterio de la Santísima Trinidad, su maternidad no es un proyecto autónomo, sino un plan divino en la armonía de la existencia, esta "perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde el momento en que prestó fiel asentimiento en la Anunciación, y lo mantuvo sin vacilar al pie de la Cruz, hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión, los dones de la salvación eterna". (Lumen Gentium)

La palabra de Jesús en la Cruz; "he ahí a tu Madre", nos hizo a todos hijos. Fue un momento de gracia infinita, donde el misterio de la "llena de Gracia", alcanzó su cúspide, en la entrega del Hijo. "Llena de gracia" es el misterio de la identidad de María, en esa identidad está su historia; y la historia de María, porque Dios lo ha querido, está esencialmente asociada a la historia de Jesús y a la historia del mundo.


El Cónclave


En este momento de la historia la intercesión de María es vital para nuestra Iglesia. Pidámosle todos unidos, desde todos los confines de la tierra, por la elección de un nuevo Sumo Pontífice.

María está aquí, como materna presencia que lo invade todo, está presente en la misión de la Iglesia, esta presencia es real y viva, y tiene como reflejo correspondiente, la vivencia y experiencia de la Iglesia.


La experiencia de hoy en la celebración de la Eucaristía, "Pro eligiendo Pontífice", es un hecho real en el orden de la fe. Este espacio está invadido de la presencia de María.
La experiencia de hoy en la celebración de la Eucaristía, "Pro eligiendo Pontífice", es un hecho real en el orden de la fe. Este espacio está invadido de la presencia de María.

El Concilio Vaticano II "habló de una experiencia que posee la Iglesia, con respecto a la actuación de la Virgen. Si es experiencia es un hecho real de una realidad genuina, claro que siempre en el orden de la fe. Es muy notable esta frase detrás de la cual está todo el peso del Concilio: "La Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomiendo a la piedad de los fieles, para que apoyados en esta protección maternal, se una con mayor intimidad al Mediador y Salvador". (LG 62 - comentario de Rufino Grández)




Conclusión


En el mes de María aquí en Europa y varios países de América, muchos hermanos y hermanas nos unimos en oración, hagámoslo hoy y todos estos días por la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, por nuestros pastores reunidos en la capilla Sixtina. La prueba de que somos hijos, es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo. que este Espíritu guie a nuestros cardenales en la elección de ese Sumo pontífice que Dios ya a elegido para conducir esta barca de Pedro, según su voluntad.

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